¿Obra de arte conceptual o mayúscula tomadura de pelo?
Tengo que confesar mi desconcierto tras observar por primera vez la obra Comediante, de Maurizio Cattelan, ¡ese plátano sujetado a la pared con cinta americana!, una obra de un autor del que aprecio su trayectoria con obras inmensas como L.O.V.E que se impone en la Piazza Affari, frente a la bolsa de Milan[1]. Cattelan polemiza siempre, con un discurso incómodo para los estamentos del poder, las instituciones, y también para el público en general. En esta ocasión la polémica se impregna de otras variables que intervienen en la concepción del arte contemporáneo y la visión sobre el mercado del arte en nuestros días.

- El componente simbólico de Comediante.
Desde el punto de vista icónico[2] la obra es de gran simplicidad: reconocemos la cinta americana (quiero insistir en que no se trata de una cinta adhesiva cualquiera como dicen la mayoría de textos y comentarios, sino que identificamos las características de la cinta americana de color gris, de anchura estándar, y aplicaciones conocidas por la mayoría del público); y el plátano. Ambos objetos forman una composición en aspa muy utilizada en la historia del arte desde el arte prehistórico hasta nuestros días pasando por las escenas religiosas del Barroco. En cuanto a la técnica parece obvio que nos encontramos ante una instalación, más próxima a la performance[3] que a una construcción pictórica o escultórica, que contiene en cierta medida un bodegón efímero sometido a la putrefacción del plátano. Por último, es menester referirse al título, “Comediante”, quizás en alusión a lo paródico de la propuesta, y una velada conexión con la sociedad del espectáculo en la que el arte también participa.
Si pensamos en los referentes artísticos, el plátano ha sido representado en múltiples ocasiones. Me referiré al menos a dos de ellas que quiero creer estaban en la mente de Mauricio Cattelan, y en cierta medida en el público que asiste a las exposiciones para algo más que sacarse un selfi.
Giorgio de Chiricco pinta plátanos en sus cuadros al óleo y les concede una gran capacidad simbólica en relación con los demás objetos de su pintura, tal como nos relata en El sueño transformado (1913), o en La incertidumbre del poeta, del mismo año, en el que la asociación entre los diferentes elementos del cuadro adquiere una fuerte connotación sexual.

Fuente: https://wikioo.org/es/paintings.php?refarticle=5ZKCFK&titlepainting=The%20Uncertainty%20of%20the%20Poet&artistname=Giorgio%20De%20Chirico
La otra obra que quiero reseñar es la portada del LP The Velvet Underground and Nico (1967) en la que Andy Wharhol nos muestra una inmensa banana, icono del arte y música pop:

Sin embargo, la emblemática cinta americana está ausente de representaciones pictóricas, si bien, es el propio Maurizio Cattelan el que nos enseña con ironía superlativa las aplicaciones de este adhesivo:
Maurizio Cattelan. El día perfecto, 1999 (su galerista de Milán atrapado con cinta americana a la pared de su propia galería).
2. Construir el texto de Comediante.
Roland Barthes nos enseña que la interpretación de una obra de arte requiere de su receptor, como en todo proceso de comunicación, y es éste quien genera los textos que dan significado a la obra. Para Umberto Eco la obra de arte no está acabada y depende de los códigos que maneje el observador, por lo que una misma obra ofrece significados diversos:
«Todas las interpretaciones son definitivas en el sentido de que cada una de ellas es, para el intérprete, la obra misma, y provisionales en el sentido de que cada intérprete sabe que siempre tiene que profundizar en la propia. En tanto que definitivas, las interpretaciones son paralelas, de forma que una excluye las otras, aunque sin negarlas.»[4]
Preguntémonos entonces ¿cuál es el sentido de Comediante?
No puedo soslayar los que a mí me parecen significantes de esta obra efímera. La cinta americana, made in USA, se caracteriza por su fortaleza, por su resistencia, y entre las aplicaciones que han tenido mayor notoriedad visual no puedo olvidarme de que también es un instrumento eficiente para atar y amordazar a personas que son víctimas de un secuestro. La cinta ata un plátano que se caracteriza por ser un elemento natural, frágil, perecedero, y que tan solo en unos días se descompondrá, en un proceso de transformación que termina por cargarse la obra de arte expuesta. En la representación de los elementos es inevitable reflexionar sobre el paso del tiempo mientras la materia se transforma. El poder de la obra invoca a múltiples reflexiones, el objeto expuesto en la pared del museo cede en favor de la idea, de cada una de las ideas que quiera interpretar cada observador, multiplicada por enésimas visualizaciones en los medios de comunicación y en las redes sociales. Con este planteamiento Cattelan va más allá de las propuestas de Ready-made de Duchamp, pero si bien la obra desaparece materialmente quedará inserta en las múltiples interpretaciones que ha dado de sí tras una polémica deliberada. El efecto escándalo se incorpora también por el precio de las tres obras subastadas, entre ciento veinte y ciento cincuenta mil dólares. El valor de cambio aquí forma parte intrínseca de la obra de arte, y de su legitimación en el mercado del arte para hacerla perdurable: “Lo que sobrevive”, nos dice Andy Warhol, “es lo que el gusto de la clase dominante decreta que tiene que sobrevivir, y que resulta ser lo que mejor se corresponde a los cánones y a la manera de pensar de esta clase”[5].
3. Comediante, una obra que nos sirve para medir el estado del mercado del arte.
Tal como señala el galerista promotor de este evento, Emmanuel Perrotín, “Comediante es un símbolo del comercio global, un doble sentido, así como un artefacto para el humor”. Toda una declaración de intenciones, y una aportación muy banal que no ayuda al prestigio de la obra.
Hemos dado por supuesto que Comediante es una obra de arte, y lo es porque así se ha decidido por quienes controlan el mercado del arte, la institución museística, el artista, el coleccionista o inversor dispuesto a comprar, el crítico, el historiador…[6]. Su creador está dotado de gran reputación desde mediados de los años noventa, con una producción artística en la que la provocación y el sentido del humor alcanzan un raro equilibrio. Cattelan en Comediante arriesga y se va por otros cerros con una obra que es también no obra y que se presta a adularla como una genialidad o acaso despreciarla como una tomadura de pelo, aunque probablemente no sea ni una cosa ni la otra, pero que estaba destinada a captar nuestra atención gracias a la escenografía facilitada por la Miami Art Basel una de las mecas del actual mercado del arte.
Ignoro cuál ha sido la respuesta del espectador[7] y si ésta ha sido bien medida. Probablemente esta sea la obra que, dado su premeditado y previsible escándalo, haya alcanzado opiniones detractoras por doquier, y una innumerable profusión de memes y otras vainas. El público que acude a esta escenografía ¿le interesa el arte? ¿O acude con la convicción de que hay que estar ahí y dejar constancia colgando el selfi de su testimonio?
Termino con una inquietud. Mi inquietud es (parafraseando al profesor Compàs) si este arte, tal como se nos presenta, es susceptible de ser mirado, leído, comprendido, interpretado, y concebido según modelos que permitan captar el contenido de la obra en cuestión, o bien, asistimos a la construcción de un canon, o un modo de mirar el arte, en el que el contenido de la obra es lo de menos.
Juantxu Bazán, noche del 15 al 16 de octubre de 2022
Bibliografía y referentes consultados:
Gombrich, E. H. (2003). La historia del arte. Barcelona: Debate. 5.ª impr.
Sinner, Larry (2004). La invención del arte. Una historia cultural. Barcelona: Paidós.
James Elkins. Stories of Art. New York : Routledge, 2013. (Capítulo Perfects stories traducido por la compañera del curso).
Recursos didácticos de la asignatura:
Historia del arte – ¿Por qué un objeto puede considerarse obra de arte?
https://www.youtube.com/watch?v=5PqC8A_JvS0&feature=youtu.be
Historia del arte – El cuadrado negro de Malèvich https://www.youtube.com/watch?v=Dqp64FcRvkM&feature=youtu.be
Campàs, Joan, Los mundos del arte. UOC.
Campàs, Joan. La construcción del conocimiento en la historia del arte, UOC.
Cagigal Vera, Miguel A. (2021), Otra historia del arte. Barcelona: Plan B.
Asimismo se han leído diferentes reseñas de prensa y YouTube sobre Comediante de Maurizio Tottelan que han ayudado a realizar este trabajo
[1] Sobre esta obra: https://historia-arte.com/obras/l-o-v-e
[2] Un análisis exhaustivo sobre la iconología y los aspectos simbólicos de esta obra requeriría una extensión que supera la dimensión de este breve ensayo. No obstante, he seguido las enseñanzas de Panofsky y Gombrich que nos describe el profesor Joan Campàs Montaner en La construcción del conocimiento en la historia del arte, pags. 52-61.
[3] De hecho tras la instalación del plátano atado le siguió una performance retransmitida al mundo protagonizada por el artista David Datuna que se comió Comediante sin ningún tipo de obstáculo, en la que fue probablemente el segundo capítulo de esta instalación. Esto es algo que puede leerse en https://elpais.com/cultura/2019/12/08/actualidad/1575808353_736766.html
[4] Eco, Umberto (1990). Obra abierta. Barcelona: Ariel(«Ariel», 16). 3.ª ed. Introducción a la segunda edición.
[5] Cita tomada de Campàs Montaner, Joan. Los mundos del arte, pág. 67. UOC. Aquí Andy Warhol parece aliarse con los planteamientos del marxismo crítico de la Escuela de Frankfurt.
[6] Joan Campàs nos habla, entre otras, de la teoría institucional que entiende que “arte es todo aquello que los museos, las galerías, los historiadores, etc. dicen que es arte. Por tanto, un objeto es artístico cuando el mundo del arte lo considera artístico, por tanto, si es aceptado como arte, es arte, si un objeto no es aceptado como arte, no es arte.” Historia del arte ¿Por qué un objeto puede considerarse obra de arte? Pág. 3 del texto del vídeo. UOC.
[7] Nuevamente tengo que aludir al arte como espectáculo y con ello aludir a la obra de Guy Debord, La sociedad del espectáculo, y las múltiples revisiones y aportaciones que invitan a pensar que el arte forma parte inexcusable de la sociedad del espectáculo. Baste por el momento citar las dos definiciones diametralmente opuestas que a la palabra espectador, espectadora da la R.A.E.: 1. adj. Que mira con atención un objeto. 2. adj. Que asiste a un espectáculo público. U. m. c. s.
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