La terrible imagen del agarrotado forma parte de la represión de las autoridades francesas tras la ocupación en 1808, pues quien portara arma blanca (aunque no la hubiera usado) era ajusticiado, paradójicamente, con la pena genuinamente española del garrote vil. Es terrible porque llevar una navaja era costumbre habitual, y Goya lo denuncia como un abuso de poder, más cruento si cabe, por la humillación pública que recibe el ajusticiado. En la copia he dibujado los dedos que simulan múltiples caras de expectación, desconcierto y horror ante el cadalso. Referencia: https://www.museodelprado.es/coleccion/obra-de-arte/por-una-nabaja/dd269611-0aa5-482f-8981-a3639f135c44

Juantxu Bazán, 16 de mayo 2023