Hace unos días fui al cine con un amigo a ver la última película de Fernando León de Aranoa, “Política, Manual de instrucciones”. Quien me conozca, o explore alguno de los artículos de mi blog, sabe que hay cosas que me satisfacen de Podemos, y otras que no me convencen. Viendo la peli de Fernando León me tengo que rendir a la evidencia: es una buena película porque en ella participan buenos actores y actrices (a pesar de ser un documental), pero sobre todo por ser un documento magnífico de cómo se construye un movimiento destinado a hacer historia.
Entrevista con el director de cine, Fernando León.
Viendo y escuchando a Pablo Iglesias y a Iñigo Errejón pensé en los Beatles, y en todos aquellos proyectos que alcanzan su plenitud porque en ellos se reúnen las individualidades que difícilmente hubieran triunfado por separado: ni John Lennon ni Paul McCartney habrían alcanzado la calidad creativa que hay en sus composiciones si no se da esa hermosa reunión de talento.

Con Iglesias y Errejón pasa algo parecido, salvando las distancias. Tanto el uno como el otro sacan lo mejor de sí mismos porque sus talentos trabajan en común. Se dice que esta película ha descubierto a un gran actor: Iñigo Errejón. Bueno quizás sea así para el gran público, pero Iñigo ya apuntaba maneras desde que era chiquitín. Es Íñigo quien presta a Fernando León el relato de Podemos que se traduce en el guión de la peli que muy oportunamente se titula “Manual de instrucciones…”, o lo que es lo mismo la estrategia que quiere hacer posible “el asalto al cielo” y que Podemos se convierta en una historia singular digna de ser filmada. Es injusto que en casi dos horas de metraje la omnipresencia de Iglesias y Errejón lo domine casi todo, y relegue a personas tan relevantes como Pablo Echenique, Irene Montero, Carolina Bescansa, Teresa Rodríguez, Nacho Álvarez, y otros, a papeles secundarios. Pero las artes de la política espectáculo son así. El de Podemos no es el guión de “Los siete magníficos”, ni mucho menos el del “Acorazado Potemkin” en el que las masas revolucionarias se adueñan de la pantalla, sino más bien el de “Dos cabalgan juntos”. En esta peli hay también un actor que hace de “malo”. Juan Carlos Monedero, tiene un papel muy relevante durante la primera parte, hasta que muere matando, dejando un recado para navegantes: “Podemos es una partido cuyo éxito es negarse a sí mismo”.
“No hay proceso de transformación sin desilusión por el camino” (Iñigo Errejón)
He hablado de política espectáculo… y ese es el entorno en el que se mueve la película y en el que avanza Podemos. La habilidad del director es rodar aquello que sucede entre bambalinas: la preparación de los discursos, los viajes a Latinoamérica, las discusiones sobre táctica, las discrepancias, las disensiones, los momentos de subidón y de bajón, la preparación de los mítines, la preparación de las intervenciones en el plató, los encuentros con otros líderes… rodando todo lo que sucede antes de ser emitido, antes de saltar al escenario, el camerino convertido también en parte de la escena. Los testimonios aquí tienen un alto valor pedagógico, muy útiles para entender la política. Pablo Iglesias es un buen actor, condición necesaria para ser un buen líder político. Siempre he pensado que tiene tendencia a la sobreactuación, y son conocidas algunas perlas que invitan a corroborarlo como cuando afirma que “el cielo no se toma por consenso, se toma por asalto” (parafraseando a Marx) convencido además de que está dejando “una señal para los historiadores” (parafraseándose a sí mismo); Iñigo Errejón es como Woody Allen, además de gran actor, es un excelente guionista. Concibe la actividad política como un proceso fundamentalmente creativo. En un momento de su intervención dice que “todo proyecto que triunfa es una herejía…” más cerca acaso de postulados nietzschianos que de los del racionalismo izquierdista.
La película cuenta un itinerario de algo más de un año desde la asamblea de Vistalegre en octubre de 2014 hasta las elecciones generales del 20 de diciembre de 2015, un itinerario que con momentos complicados, crisis, pasos adelante y pasos atrás que se aprecian en la película sin retóricas, de forma directa y honesta. “No hay proyecto de transformación sin desilusión por el camino”, dirá Errejón, y no puedo estar más de acuerdo con él. Creo que la política es efectivamente una actividad en la que si no hay creatividad no merece demasiado la pena, y también que esa creatividad hay que ponerla en la dirección del bien común, y tener muy claro cual es el relato y el sentido de lo que haces, y todo ello pensando en que la decepción es más que posible, y también quizás evitable. Digo todo esto con la convicción de que el cielo, si se toma lo será por consenso, no por asalto.
Mi amigo (socialdemócrata) y yo (verde) salimos muy satisfechos del cine. Además, la peli me regaló los últimos planos en los que los 60 diputados de Podemos asaltaron el congreso en enero de 2016, y entre esos planos veo a los diputados de EQUO, a un Juantxo Uralde pletórico llegando a su toma de posesión en bici, y a una radiante Rosa Martínez (en el último plano de la peli, algo que para mí es muy significativo) mostrando su sonrisa y sus flores a la humanidad.


Juantxu Bazán, domingo 12 de junio, tercer día de campaña.