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En realidad yo si quería leer este libro, un libro que trata de verdades y mentiras, de ficción y realidad, de delirio y cordura. Quería leer este libro porque es de Javier Cercas, y porque me interesaba conocer los entresijos del impostor Enric Marco, el hombre que hizo creer a buena parte de la sociedad española que nadie como él encarnaba los valores del héroe republicano, que simuló haber sido deportado y confinado en un campo de concentración nazi, y que alcanzó la presidencia de la asociación Amical de Mauthausen. Me interesaba saber cómo es posible engañar a tanta gente, y cómo se atraviesa el camino desde la heroicidad a la villanía. Cuando se conoció el fraude en mayo de 2005, cuatro meses después de su memorable intervención en el parlamento español en favor de la causa de los republicanos españoles deportados en campos de concentración nazis, y tras recibir la Creu de Sant Jordi de la Generalitat, Enric Marco se convirtió en una de las personas más odiadas no solo por la magnitud del engaño sino porque se había producido a costa de las víctimas del Holocausto.

Ya leído, este libro me ha dejado muy satisfecho, por su lectura y por las reflexiones que se abren tras ella. Aprecio la obra de Cercás por su habilidad para construir novelas que casan con el periodismo de investigación, con el ensayo, y con la biografía. En cierto modo esta novela nos recuerda a “A sangre fría” de Truman Capote (sobre la que se habla en varios pasajes), sin embargo “El impostor” tiene una estructura más compleja, muy bien resuelta a mi modo de ver por Javier Cercas. Leyendo este libro me he encontrado como un observador ante “Las Meninas”, el cuadro de Velázquez en el que caben muchas historias, y varios puntos de vista. De hecho el principal personaje del libro quizás no sea Enric Marco; el principal personaje es el propio autor que habla en primera persona y que construye la historia de Marco envuelta en la sociedad de la impostura que le toco vivir.

Me gustan las novelas de Cercás porque involucran al lector en la trama que sigue el autor para construir su relato, un relato que no quiso ser escrito, si bien yo pienso que simplemente tuvo que esperar el tiempo necesario para terminarse de forma coherente. Voy a transcribir el empiece de “El impostor”, para mí uno de los mejores que he leído en mucho tiempo:

«Los primeros párrafos son siempre los últimos que escribo. Este libro está acabado. Este párrafo es lo último que escribo. Y como es lo último, ya sé por qué no quería escribir este libro. No quería escribirlo porque tenía miedo. Eso es lo que yo sabía desde el principio pero no quería reconocer; o no del todo. Lo que sólo ahora sé es que mi miedo estaba justificado».

“Yo no quería escribir este libro…” ¿Cabe un enunciado más inteligente para provocar en el lector la necesidad de leerlo? A partir de esta declaración que yo creo que es mentira (una mentira que en el contexto de una novela es perdonable) Cercas se permite escribir once veces el verbo “escribir” en los dos primeros párrafos; once veces en nueve líneas, una reiteración excesiva que sin embargo está justificada.

Es importante reseñar el que a mí me parece tiene un papel primordial, sin el cual no estaríamos hablando ahora de esta magna impostura. Me refiero a Benito Bermejo, historiador que descubrió el fraude de Enric Marco, que lejos de quedarse en la mera sospecha, estudió y demostró que Marco no había estado nunca en el campo de concentración de Flossenbürg, tal como había hecho creer a todo el mundo. Tuvo la valentía suficiente para denunciarlo e impedir la presencia de Marco en Mauthausen conmemorando el 60 aniversario del final del exterminio, acto en el que nuestro impostor iba a leer el discurso en representación de la delegación española y en presencia del presidente español Rodríguez Zapatero. Sin el esfuerzo de Benito Bermejo es muy probable que el fraude no se hubiera descubierto jamás, y por tanto, ni habría novela, ni certeza sobre una de las imposturas del siglo, lo cual resulta bastante inquietante: ¿cuántas imposturas se habrán ido a la tumba de sus protagonistas sin que conozcamos nunca la verdad?. Otro personaje que a mí me parece muy importante es Santiago Fillol, director junto con Lucas Vermal de la película “Ich bin Enric Marco” (“yo soy Enric Marco” traducido del alemán) (1); no he visto la película pero lo que Santi Fillol nos cuenta en conversación con Javier Cercás es para mí de las cosas más lúcidas que se cuentan en el libro para entender la personalidad de Enric Marco: «Enric no se quita nunca la máscara. Siempre está actuando, siempre está haciendo el discurso que en cada momento le interesa. Con nosotros construyó el discurso de la víctima. Contigo está construyendo el discurso del arrepentimiento y del perdón. Pero Enric no se arrepiente de nada, ni pide perdón nunca. Simplemente considera que ahora lo que le conviene es eso. Nada más«.

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Enric Marco tiene ahora 93 años. El libro de Cercás, a pesar de su dureza, no le ha matado. Tampoco ha servido para expiar su pecado. El libro no ha servido para salvar a Marco, aunque probablemente haya servido para entenderle. Hace unos días escuché un programa grabado de la Cadena Ser en el que Gemma Nierga y Juanjo Millás entrevistan a Enric Marco para tratar de desvelar sus complicadas relaciones con el escritor. Resulta sorprendente la enorme vitalidad y su capacidad física y mental. Durante la entrevista percibo a un hombre escurridizo, listo, persistente en sus pequeñas dosis de verdad y en la justificación de su gran mentira, un entrevistado que lleva al entrevistador a su propio terreno para emitir el discurso que quiere; veo a un hombre representando su papel de personaje maltratado en uno de los libros del año; le imagino protagonizando su película; y hablando en el programa de radio de mayor audiencia. Enric Marco en estado puro a pesar de los pesares, un hombre de ficción y de realidad, como la vida misma. Solo el silencio sería capaz de matar a este genial sinvergüenza.

Juantxu Bazán, 6 de enero de 2014.

Enric Marco entrevistado por Gemma Nierga y Juanjo Millás

(1) El cartel de la película  Ich bin Enric Marco:

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enlace con el trailer de la película Ich bin Enric Marco

4 comentarios sobre “YO NO QUERÍA LEER ESTE LIBRO («El impostor», de Javier Cercas)

  1. El abuso del victimismo de plañideras (Typical Spanish), de las desgracias ajenas, es una forma muy cruel de egocéntricos cobardes que se quieren convertir en héroes populares. Esto también se ha usado recientemente como una forma de conseguir adeptos ideológicos políticos partidistas, del extremo opuesto a los 7 millones eliminados en el holocausto, del suplantador del libro.

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  2. La mente humana es muy complicada y posiblemente para mantenerse en esa «gran mentira» él se la acabó creyendo realmente. En cierta forma todos hemos sido victimas de los campos de concentración, el horror que crearon no se quedó entre las cercas que los rodeaban. Ahora sabemos que el ser humano es capaz de crear cosas sublimes y bellas y al mismo tiempo puede convertirse en el más atroz asesino en serie.
    Y la vergüenza como congéneres está ahí, la llevaremos siempre encima. Si sería interesante desde el punto de vista psicológico, un estudio que tratase de las secuelas que estos dramas generan en los que vivieron estos hechos y las siguientes generaciones. Yo creo que sería sorprendente ver la cantidad de síndromes que generan.
    Yo he convivido con víctimas de la Guerra Civil, y he visto las secuelas psicológicas que les han quedado, y tanto los que lucharon y estuvieron en las cárceles como los que estaban en la sociedad civil y aparentemente no sufrieron la represión de forma tan directa
    quedaron muy marcados, evidentemente unos mucho más que otros.
    No se, no he leido el libro y sólo escuche una pequeña entrevista, pero mi intuición me dice que un buen psicólogo podría explicar el enigma.
    Me imagino el dolor brutal que sentirían todos los que les toco contemplar lo que pasó, familiares, amigos, gente con conciencia……..Estos tambien fueron torturados lo único que no fue dentro del campo de concentración.

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  3. Lamento no haber leído el libro. Vi la película basada en una anterior novela de investigación de Javier Cercas, Soldados de Salamina, y me pareció muy interesante y objetiva.
    Con respecto al Impostor, basado en las mentiras permanentes de Enric Marco, es de agradecer que un escritor como Javier Cercas se haya tomado el trabajo de dar testimonio escrito, para las presentes generaciones y para las futuras, de una de las personas que han estado utilizando los sufrimientos ajenos para provecho propio. Es escalofriante pensar que pueda haber personas tan oportunistas y ambiciosas, que no tienen escrúpulos en utilizar el terror padecido por otros seres humanos, e incluso hasta la muerte de millones de ellos con el fin de aparecer públicamente como representante de aquellos de quienes se ha burlado.
    Mi agradecimiento a Javier Cercas y a Santiago Fillol por desenmascarar a este tipo de alimañas.

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