He vuelto a ver «El tercer hombre», después de muchos años, y he disfrutado aún más que la primera vez. Es una obra maestra que reúne los mejores ingredientes: una excelente dirección de Carol Reed; un reparto en el que destacan Joseph Cotten, Alida Valli, Trevord Howard y Orson Welles; una fotografía excepcional (Robert Krasner); una música que actúa y te acompaña con la cítara por las calles de la Viena de postguerra como si fuera un personaje más (Anton Karas); y una producción que reúne a Alexander Korda y David O. Selznick. De todo ello sale una película única que se resume así:
Estamos en 1947. Holly Martins, un mediocre escritor norteamericano de novelas del Oeste, llega a Viena cuando la ciudad está dividida en cuatro zonas ocupadas por los estados aliados de la Segunda Guerra Mundial. Holly va a visitar a Harry Lime, un amigo de la infancia que le ha prometido trabajo. Pero su llegada coincide con el entierro de Harry, que ha muerto atropellado por un coche. Entonces Holly comienza a investigar preguntándo a amigos cercanos a Harry que al parecer ocultan algo. También conoce a Anna Schmidt, amante de Harry, que sabe que él no podría haber hecho nada malo tal y como defiende el jefe de la policía militar británica, que le hace saber que su amigo estaba gravemente implicado en el mercado negro. Tras investigar y producirse algunas muertes, descubren que es lo que realmente pasa y quién era su amigo.
El tercer hombre es visualmente un prodigio, y el festival de imágenes empieza ya desde los títulos de crédito que se muestran sobre la imagen de la cítara que va moviendo sus acordes al son de una música difícil de olvidar:
Es difícil seleccionar los mejores planos – fotogramas, y lo mejor es ver la película con atención y dejarse llevar por su música y sus imágenes. Se puede alquilar gratis en la biblioteca. No obstante, y por puro divertimento voy a seleccionar los que son, para mí, algunos de los mejores fotogramas:
Enigmático niño, muy observador, obsesivo y delator, recuerda al los jóvenes hitlerianos… o acaso a los niños delatores de la novela «1984».
Las persecuciones en «El tercer hombre» están especialmente enfatizadas.
El niño ahora es perseguidor por las calles de Viena.
Bellísimo plano de Alida Valli.
Curioso plano en el que se desvela el enigma en el que está metido el personaje más buscado de Viena, el tercer hombre, el que aún no ha salido en la película, pasada más la mitad del metraje.
Joseph Cotten encuentra a su amigo Harry…
El gato, en una bellísima secuencia, nos acerca al personaje oculto
Aparece Harry Lime, Orson Welles. Es su primer plano, el que el espectador lleva esperando desde hace una hora de película.
Un amor no correspondido, porque los códigos del amor no son los del bien y del mal: Cotten. «Dígame, ¿puedo tener alguna esperanza?.(Alida Valli no contesta). «Bueno, alguien dijo que hay silencios muy elocuentes».
Esperando la llegada de Harry Lime en el parque de atracciones.
En lo alto de la noria:
Cotten: «¿Has visto a alguna de tus víctimas?»
Welles: «No me resulta agradable hablar de esto ¿víctimas? No seas melodramático. Mira ahí abajo ¿Sentirías compasión por alguno de esos puntitos negros si dejaran de moverse? ¿Si te ofreciera 20.000$ por cada puntito que se parara?»
(…)
Welles: «Recuerda lo que dijo no sé quién: En Italia, en treinta años de terror de los Borgia no hubo mas que matanzas, pero surgieron Miguel Ángel, Leonardo y el Renacimietno… En Suiza, por el contrario, tuvieron quinientos años de amor, democracia y paz ¿y cuál fue el resultado? ¡el reloj de cuco!
El tercer hombre es descubierto y perseguido por las cloacas de Viena.
…las cloacas en las que Harri Lime se ocultaba de la justicia.
El hombre más buscado de Viena está acorralado.
Las manos de Harry nos muestran su trágica soledad.
Harry Lime implora a su amigo un último gesto de clemencia.
Bellísima secuencia en un solo plano. Cotten busca su última oportunidad aún y a pesar de que Callowey, el oficial británico, le había advertido que perdía el tiempo en su intento de ganarse el amor de Alida Valli. «Me gusta perder el tiempo» -le contesta Cotten-
El plano secuencia con la música de la cítara mientras caen las hojas.
Y termina esta inolvidable película que a través de una trama policial nos habla de amistad tras el paso del tiempo; de fidelidad y de traición; de cinismo y de delación; de amor y supervivencia… en una Viena de cloacas sobre las que se alza una ciudad en ruinas.
J. B.
Juantxu Bazán 