El culo de Dios

La Capilla Sixtina es una de las obras más bellas de la historia del arte, pintada por Miguel Ángel entre 1.508 y 1.511, y ejecutada casi en soledad. En esta grandiosa bóveda, en los lienzos dedicados a la Creación, hay una escena que sólo puede caber en la cabeza de un genio como Miguel Ángel. Es admirable por su movilidad, por su color, por su expresividad. Observo esta escena de derecha a izquierda (justo al revés de lo que es habitual), y sigo la secuencia en la que Dios crea el sol y la luna, para girarse de espaldas y crear las plantas (el cuarto y tercer día en la Creación).

La magistral secuencia nos ha legado una imagen muy especial. En el escorzo de espaldas, Dios nos muestra su divino culo; quiero pensar que en el trajín de una semana de tan intensa creación, incluso a Dios se le pudo distraer la tapadera de esa parte del cuerpo.

En la historia del arte no conozco ninguna otra imagen en la que Dios nos enseñe sus sagradas posaderas. Es posible que el Papa Julio II tuviera que transigir con muchas de las pretensiones de Miguel Ángel, y la inmensidad de su obra disimulara la parcial desnudez de Dios entre las cientos de imágenes en las que se entrelazan los cuerpos desnudos de los personajes bíblicos que protagonizan los episodios del Génesis.

Entre todas las escenas, la del culo de Dios es uno de los enigmas más difíciles de entender. Quizás Miguel Ángel quiso gastarle una broma al Vaticano, o acaso, se trataba de una provocación en el que el divino Miguel Ángel le enseña el culo al mundo. Quiero pensar que el culo de Dios, en la genial composición que Miguel Ángel hace de la Capilla Sixtina, está ahí porque tiene que estar; porque es un elemento más para entender esa gran obra, para acercarse a la perfección; porque esa imagen de Dios si no fuera por su culo no sería tan hermosa.

En el Génesis se dice que «Dios creó al hombre a su imagen». A mi se me antoja que Miguel Ángel está plasmando justamente lo contrario: es el hombre el que ha creado a Dios y lo ha hecho a su imagen y semejanza, y como tal,  se queda con el culo al aire.

J. B.

(Octubre, 2013)